Archivo mensual: enero 2007

Daña la Vi$ta

De la serie: «Correo ordinario»

Ayer se presentó, al son de pífanos y atabales, con colorines, anuncios televisivos, cartelones y toda suerte de medios para agobiar al personal, el nuevo engendro de Micro$oft, el tan ladrado Window$ Vi$ta. No sé si la cosa iría muy bien, a la vista de las caras que ponía el jefe de la cosa (el tío este, Ballmer) y el resto de la comitiva que había reunido para la ocasión (tomado de la página de Enrique Dans), pero bueno, me da igual el buen o mal humor que gasten.

Pero, evidentemente, el asunto tiene su interés. Tarde o temprano, la cosa esta vendrá a parar al ordenador de mi trabajo, si Dios no lo remedia (digo Dios porque las huestes catalanas del software libre, pese a nuestro indiscutible entusiasmo, no parece que estemos muy por la labor de organizarnos operativamente para combatir la plaga), y si ahora estoy haciendo todo lo que puedo para aguantar el W$2000 (por aquello de que, con Micro$oft, cualquier tiempo pasado fue mejor) y eludir el W$XP, quizá haya de librar descomunal combate para escaquearme del engendro este de ahora; afortunadamente, cuento con un poderoso aliado: el medio giguilla justito de RAM de mi máquina -de las máquinas de la entera unidad en la que sirvo-, que permite correr el guor, el exel, el axes y el pogüerpoin, así como el infame M$IE 6.0, con sólo dos o tres cuelgues diarios, pero que no soportaría lo que parece ser que precisa el Vi$ta de las narices. Puede que me acabe hundiendo en la miseria XP, pero este de ahora tiene para rato: con el presupuesto hemos topado. A lo mejor hasta llega a dar tiempo para que los activistas catalanes del software libre nos organicemos decentemente y logremos hacer presión de verdad y de la buena, aunque esto, Tenorio dixit, es fiarlo realmente muy largo. De todos modos, el riesgo existe porque la pasta es pública y cuando conviene [a Steve Ballmer] la casa es potente y no repara en gastos.

No he tocado, evidentemente, el artilugio. No entrará en mi casa y no lo tengo, a día de hoy, en mi trabajo y, por tanto, tengo que manejarme con información ajena. Y esa información -con la versión Home, que es la más sencilla y tirada– dice: primero, que es un simple XP con mayores virguerías gráficas; segundo, que es muy exigente con la maquinaria -es una vieja y endémica lacra de M$ que me llevó a abandonar Flight Simulator aún antes que el propio W$- y prácticamente no hay manera de que corra en aparatos de edad superior a nueve meses o un año (y los de inferior, habiéndose gastado el usuario mucha pasta en hierros bien poderosos); y tercero, que ya ha sido crackeado el DRM que lleva incorporado.

Conclusión a vuelapluma: no lo comprará ni el potito. ¿Quiere esto decir que Vi$ta no tendrá implantación? No, por supuesto. Vi$ta circulará: circulará pirateado y circulará empotrado a la trágala en los ordenadores que se compren a partir de ahora; a reserva de dos cosas: primera, el éxito y subsiguiente efecto expansivo en las demás marcas que pudiera tener la iniciativa de DELL de vender ordenadores sin sistema operativo instalado y, segunda, la actitud de las empresas ante tanta exigencia de hardware.

Precisamente acabo de leer en Barrapunto una entrada que recoge la noticia de que Peugeot Citroën migra sus sistemas -escritorios y servidores- a Linux prácticamente en masa, negándose, por consejo de sus consultores, a realizar la poco eficiente inversión de cambiar la maquinaria solamente para poder encajar el monstruo micro$oftiano. Bien, ojalá sea eso (y, en este caso, probablemente lo sea) porque uno de los más estúpidos juegos de sociedad en la materia, lo puso de moda el propio Ballmer con su ilustrísimo talonario, y ahora todo consiste en anunciar una migración masiva (empresa, administración…) a Linux para que aparezca el tío Steve con la rebaja, no me jodas, hombre, tú quédate con nosotros, que yo te regalo el software (pero no sus sucesivas actualizaciones y parches, aunque eso me lo callo) y te subvenciono un poquito de la compra de las máquinas nuevas. Por eso insinuaba más arriba que, ya a estas horas, en Catalunya debe haber más de uno babeando ante las nuevas posibilidades ballmerianas y pergeñando el borrador de un nuevo contrato-programa del que saldría todo el mundo beneficiado… menos el ciudadano, claro. El ciudadano, ya lo decimos aquí, cornut i pagant el beure, lo que no necesita traducción.

Pero sí, es posible -sólo posible- que esta vez vivamos una cierta inflexión. Muchas empresas, sobre todo medianas, ya estaban convencidas de las bondades de Linux pero les daba… pereza financiera, digamos, la migración. Una migración -y más una migración de sistemas Micro$oft a sistemas libres- tiene un coste, un coste muy rentable a plazo medio -quizá a corto, en no pocos casos- pero que, de cualquier forma, requiere un desembolso que no siempre es cómodo o posible en determinados momentos. Si Vi$ta requiere desembolsos importantes en maquinaria (aparte de las licencias, claro), quizá el paso que ha dado Peugeot Citroën sea seguido por un número significativo de empresas que, ante la obligación ineludible de la inversión, sacudida forzosamente esa pereza financiera a que aludía, decidan que llegó la hora de que sea su consejo de administración, y no el de Micro$oft, el que decida cuándo, cómo y en qué tiene que invertir la empresa; y, sobre todo, cuándo no hay que invertir en un determinado ámbito porque hay que dedicar los recursos a otro o porque esos recursos, sencillamente, no existen o, en el mejor de los casos, sólo puedan conseguirse mediante un onerosísimo endeudamiento. A estas alturas todas las patronales saben que esta soberanía sólo la da el software libre y quizá ahora, con la tesitura inapelable sobre la mesa, se decidan a dar el paso.

Este -relativo y muy condicional- optimismo en el ámbito empresarial, no es de aplicación en el ámbito privado. Por más que el ejemplo de DELL fuera seguido -e insisto en que sería de celebrar y mucho-, sospecho -temo- que sería mucho más aprovechado para piratear Window$ que para ser legal -e inteligente- y dar el paso hacia un escritorio Linux que ya hoy está perfectamente preparado para dar un excelente servicio al usuario doméstico. A ese indeseable efecto va a contribuir sin duda el comentado crackeo del DRM que incorpora Vi$ta en origen. Este era otro de los puntos que cabía suponer disuasorio: ¿qué pasaría cuando millones de [llamados a ser] usuarios supieran -a la que circularan las primeras noticias alarmantes- que sus MP3 bajados de las redes P2P iban a ser rechazados por el sistema? Sin contar con la posibilidad de que esos intentos incluso pudieran causar daños al propio sistema. Bueno, pues anteayer ya había uno que se había cargado el DRM de Vi$ta, con lo que el problema queda resuelto. En una semana podrá bajarse el crack desde miles de páginas web.

Inicialmente siente uno el deseo de romperle las narices al presunto gilipollas (¿tú eres imbécil o qué? ¡deja que M$ se hunda en su propia baba!) pero, bien pensado, es más probable que tenga razón Enrique Dans cuando insinúa que, a la vista -vaya, hombre- de a quién aprovecha el crimen, quizá, como en el asesinato del conde de Villamediana,

la verdad del caso ha sido
que el matador fue Bellido
y el impulso… $oberano.

Es un momento interesante, no por el intrínseco sistema inoperativo que da lugar a la movida sino por ver si finalmente generará esa inflexión que, por otra parte, profetizan muchos más caracterizados y sabios en la materia que yo. El futuro, como siempre, será más apasionante que las más aventuradas previsiones… para bien o para mal.

Esperemos y veremos.

Ahora, también guionista

De la serie: «Pequeños bocaditos»

Hoy me estreno en una actividad nueva: la de guionista. Guionista de podcast en mi casa, o sea, en Internautas TV, la tele de la Asociación de Internautas, que podéis ver desde este momento en el enlace o aquí mismo, a la izquierda (a la izquierda y un poco más arriba en próximos días), en la columna de al lado.

No será todos los días, pero sí con alguna frecuencia.

Eso sí: como el medio es oficial de la Asociación y recoge la opinión de ésta, no os canséis buscando mi habitual registro broncas y cuartelero pero, bueno, intentaré que, aunque con buenas palabras, contenga aportaciones interesantes y, en los temas correspondientes, enérgicas. Y alguna cosita más que tengo in mente ir intentando cuando tenga soltura en el medio.

Con permiso de la autoridad y si el tiempo no lo impide.

Sin novedad en el frente

De la serie: «Correo ordinario»

Empieza la semana y, hombre, parecería apropiado escribir una entradita a la salud de la parroquia, más que nada para que no encuentren esto vacío. Pero el desafío de la pantalla en blanco es duro porque, falto de viento, esto queda al pairo -por no decir a la deriva- y a ver qué hacemos. La verdad es que el fin de semana no ha dado para mucho: la señora esta vejestoria que ha gastado una buena cabronada a dos bebés que no le habían causado ningún daño, la patochada de los premios esos que los titiriteros se autodedican ridículamente (¿Lepewood?) para epatar a no se sabe quién, o el rebote que pilla la $GAE con Víctor Domingo y con Javier de la Cueva (si supieran los pollos estos de la ominosa las risas que nos echamos con sus paridas… anda que no tiene guasa el último parrafito, después de los últimos acontecimientos procesales…). Hoy, al llegar al trabajo, algunos compañeros me han abordado jubilosos: «¡Javier, Javier, que a la Dixie le hacen una entrevista en «20 Minutos»!». ¡Ah! Mi corazón se contagia del júbilo de mis compañeros y quizá por fin tenga ahí materia para ponerme lírico, pero… mi gozo en un pozo. Dice las mismas tonterías de siempre, sin añadir punto o coma de notoria novedad; bueno, también hay que reconocer que es muy difícil, porque esa señora ha alcanzado cimas muy altas en eso suyo y los récords, los de verdad, no se baten así como así.

De modo que aquí no pasa nada, a no ser que consideremos que seguir igual de jodidos y de puteados que siempre es pasar algo; a menos que consideremos que ir a recoger los CD y DVD R y RW a Correos (procedentes de Luxemburgo), como hice yo el sábado, en vez de ir a comprarlos normalmente a una tienda, es pasar algo.

A veces, la brega cansa tanto… Tanto esfuerzo y tantas horas leyendo, escribiendo, discutiendo en foros y en listas de correo, tanto aguantar mecha y tanta coña marinera para avanzar un mísero milimetrito. Hay días en que me paro y miro: no veo adversidad en los que me rodean… al contrario, palmaditas y hasta, de cuando en cuando, alguna felicitación si algo nos sale bien; pero me pone negro lo que realmente hay detrás, esa indiferencia, esa incapacidad metabólica para asumir el menor sacrificio (cuando así puede llamarse) con el que lograríamos los plenos objetivos en 24 horas. Da igual, para qué privarse, si hay que pagar se paga y, mientras tanto, mientras dure la alegría, se baja morroware. Cuando me paro a pensarlo, me entra una especie de depre y lo dejaría todo. A qué dormir cinco horas, a qué andar llenando entradas de bitácora -y mira que tantas veces no es cuestión de escribir (que es fácil) sino de qué escribir-, a qué sacrificar tardes de sábado, fines de semana, moscosos funcionariales, dinero (no una fortuna, pero lo mío me cuesta ganarlo y entre cuotas, donaciones, suscripciones y otras hostias, sale una pastita al año). Podría dedicarme a hacer lo que me gusta,a volver a la simulación de vuelo, por ejemplo, que es una especie de amante exigente, quiere horas y más horas; o a la simulación ferroviaria (siempre me han gustado los trenes y eso de conducirlos, aunque sea virtualmente, es algo que no he catado), aunque el rollo de las simulaciones es que casi todas ellas son Window$ only y eso es muy disuasorio; podría leer aún más libros porque hay verdaderas minas gratuitas y de altísima calidad (libres de derechos dinerarios de autor, aunque a ver si consigo acordarme un día de enviarles algún dinerillo para el sostenimiento del tinglado); en definitiva, darme los mismos gustazos que se dan los que pasan de todo… a costa de los que no pasamos de nada.

Y por ahí, por ahí es por dónde recargo las pilas. Avanzamos de milímetro en milímetro, es verdad, pero cuando se mira hacia atrás veo que el camino recorrido no es corto; que queda mucho, muchísimo más aún por delante, es verdad, pero a estas fechas ya hemos realizado (muchísimos, por supuesto y afortunadamente, no sólo yo) una andadura larga y provechosa. ¿Será verdad lo que decía Kavafis? ¿Habremos de desear que esto no acabe nunca? Materia para que sea interminable, desde luego, la hay. Pero los logros son importantes. Pienso en el software libre… Hace cuatro o cinco años, los linuxeros éramos considerados una pequeña (ínfima) peña de majaretas: hoy, hablamos de software libre en puntos porcentuales de dos dígitos en cuanto a su implantación a nivel mundial (la que fue familia Mozilla -el navegador Firefox y el cliente de correo Thunderbird-, servidores con Apache, OpenOffice.org y una constelación de pequeñas utilidades a veces ocultas, como ese programa libre que motoriza el diccionario de la RAE de manera que pueda invocarse el término en una URL que lleva directamente a él; hablamos de sistemas operativos libres con empresarios y donde antes había escepticismo ahora aparecen calculadoras y gruñidos de asentimiento. En la proyección Internautas de la cuestión… ¡cuántas cosas han pasado desde la Plataforma Tarifa Plana! De ser cuatro pringadillos a constituirnos en entidad de referencia en la red española y en lo smedios: imprescindibles nuestros estudios de acceso, de ancho de banda, de tarifas y nuestras campañas de seguridad para particulares y para PYMEs. Lo del canon es una guerra encarnizada pero no es la única -ni siquiera la más importante- que sostenemos en la Asociación: tenemos desafíos ya clásicos -por desgracia- como la brecha digital o una banda ancha asequible y de calidad, como la presión a las administraciones públicas, especialmente la central, para que exista una verdadera competencia en materia de telecomunicaciones que induzca a un fuerte incremento en la inversión en infraestructuras de telecomunicación por parte de compañías -potentes, con fuerza financiera suficiente para ello- que ahora se ven muy poco incentivadas y tantas otras cuestiones. Y las que irán saliendo, porque el mundo este es supersónico.

No: es mucho lo que ya se hecho y no son milímetros. Los milímetros que cada cual hemos recorrido, una vez juntos, se han convertido en kilómetros. Y queda mucho trabajo como para dejarlo: hacen falta todos nuestros milímetros y hay sitio para muchos más que quieran venir y necesidad de todos ellos.

Que los acomodaticios, los cagones, los pencos, los sobrados, se revuelquen en su propia mierda. Seguiremos adelante sin ellos, aunque ellos se acaben beneficiando también de nuestra acción. Da igual. También los cerdos deben comer.

Como hubiera dicho Remarque, hoy es un día tranquilo, sin movimiento, sin nada que turbe el silencio, un día de aquellos en los que los partes de guerra no pueden decir otra cosa que sin novedad en el frente. Pero, al contrario que en la famosa novela de don Erich Marie, no es hoy el último día de la guerra, es sólo un paréntesis y, seguramente, breve. Son cosas que pasan en las guerras.

Si no es mañana será pasado, pero volverá a haber barud.

El trapo en la azotea

De la serie: «Pequeños bocaditos»

Interesante, crudo, lacerante y durísimo artículo de Pilar Rahola en «El Periódico» (ojo que caducará), que suscribo desde el torrotito hasta el coronamiento.

Lo que es la vida: si hace unos años me hubieran dicho que iba a llegar a sintonizar con la Rahola con tanta frecuencia y tanta extensión, yo hubiera contestado que sería más probable que me hiciese activista voluntario (sin cobrar ni nada) de Micro$oft. Pero esta mujer ha pasado de ser una perfecta rabanera a conducirse con un punto de equilibrio y de razón en sus ideas que me hace pensar que procede de un idéntico equilibrio en su propia vida personal, cosa que, de ser así, me alegraría muchísimo.

En lo que respecta a sus ideas sobre el Islam y su incardinación en Europa, no es la primera vez que escribe en ese sentido y con tanto acierto. Aunque aún tiene que comer muchas sopas para llegar a la altura de una Oriana Fallaci, desde luego, el camino, al menos en lo que se refiere a este tema, lo lleva. ¿La rabia y el orgullo trocados por el seny y la rauxa? La vacante, desde luego, está ahí.

Solamente me queda recordar… En una paella de principios de mes hablaba del espíritu combativo del Islam en referencia a un libro realizado a base de entrevistas con gente de Al Qaeda. Una de las cosas de las que se dolía uno de aquellos -no hice la referencia en mi artículo por innecesaria para el contexto- era que, según él, los occidentales tratamos con desprecio a sus mujeres por causa del velo. Y yo, con Rahola, le respondería que, dando por supuesto que nosotros tratáramos con desprecio a sus mujeres por causa del velo, aún seríamos más abiertos que ellos mismos, que las tratan con desprecio por ese simple hecho: el de ser mujeres.

Ahí queda eso.

Etarras, yanquis y okupas

De la serie: «Los jueves, paella»

En el momento de escribir estas líneas, está aún en el aire la suerte de De Juana Chaos, unos de los asesinos más bestias de ETA, no sólo por la cantidad de gente que mató y por el modo en que lo hizo sino que el muy animal, ya una vez en prisión, se dedicaba a celebrar ostensible y estentóreamente los asesinatos de sus colegas, llegando a pedir langostinos y champán frances.

Pero, transcurridos dieciocho años de prisión, llegó el momento de ponerlo en libertad y se organizó el follón. ¿Cómo se iba a poner en libertad con tan exigua pena a un criminal de tal calibre? Bueno, lo cierto es que, con la ley en la mano, no quedaba otro remedio. Cuando se condena a alguien por un delito, hay que aplicarle la normativa penal vigente cuando lo cometió y sólo se puede aplicarle una ley posterior en la medida en que esta le favorezca. Esto es así y resulta que vivimos en una sociedad a la que podemos llamar civilizada precisamente porque es así. Cuando alguien cayó en la cuenta de que el código penal aquel -de tiempos de Franco, por cierto- era muy benigno con cierta gentuza, se modificó, agravando las penas y su régimen de cumplimiento, pero ya tarde para que este endurecimiento pudiera aplicarse a muchas brutalidades ya cometidas. De modo que por asco que diera ver a un De Juana Chaos en la calle, las cosas son como son y cumplió su condena hace más de un año. Por cierto: aunque, en términos relativos, dieciocho años son una fruslería en relación a los tres mil que sumaban sus condenas, insertados como un paréntesis de fuego en medio de una vida no son grano de anís. Esto no parece que se haya tenido muy en cuenta cuando se dice -yo creo que un tanto a la ligera- que dieciocho años de condena no son nada.

Al armarse el escándalo, aconteció la estupidez. Se azuzó a los fiscales en busca del subterfugio -que se encontró en un par de artículos que el pájaro había escrito- y los jueces, entrando torpemente en el juego, se dejaron llevar por su legítimo asco y cometieron un despropósito jurídico, arreándole al etarra una propina de doce años a cuenta de lo que, en definitiva, no sería sino un delito de opinión y, además, muy pillado por los pelos.

Y el otro se echó al monte de la huelga de hambre. La primera, breve y liviana. Tanto, que hubo sospechas de que se alimentaba bajo mano. Entonces recurrió a una segunda en la que no hay lugar a dudas: el piernas ha perdido treinta kilos de peso y su salud está muy jodida. No lo bastante para el gusto de muchos -incluyendo el mío- pero parece que realmente está muy mal.

Y ahora los jueces tienen un marrón -que deberán resolver hoy mismo, quizá mientras escribo esto- y el Gobierno, los ciudadanos y, en definitiva, el Estado, estamos ante un gravísimo dilema: o se le mantiene inflexiblemente en prisión y en este caso es probable que el tío se deje morir y ya tenemos un mártir en marcha o se cede y se le atenúa la prisión (hasta que casualmente los recursos que interpuso contra su condena tengan éxito) y desde ese momento las prisiones que tengan huéspedes etarras se convertirán en un infierno, por no hablar de las calles del País Vasco y por no pensar siquiera en cosas muy luctuosas que podrían acontecer. Del primer caso hay una experiencia previa, el terrorista del IRA Bobby Sands; recuérdese que Margaret Thatcher no cedió y Sands murió, pero recuérdese también que a Thatcher -aunque no creo que se arrepintiera en absoluto de su dura decisión- se le atragantó bastante la defunción del pájaro.

Por eso insisto tantas veces en que no se pueden llenar alegremente páginas del código penal, ni para endurecerlo ni para aflojarlo; se trata de una fundamental y delicadísima norma reguladora de la convivencia social y sus reformas deben hacerse a la luz de una larga y cuidadosa meditación porque sus interacciones y efectos colaterales son complejísimos y numerosos. No se puede reformar el código penal con cadáveres de cuerpo presente o con la prensa batiendo récords de ediciones; no se puede toquetear en caliente o con los ojos puestos en las encuestras preelectorales.

Ahora a ver cómo esos políticos lerdos y negligentes nos sacan a todos de este mal rollo en que su estupidez nos ha metido.

Si es que realmente les importa este mal rollo. Que lo dudo.
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Actualización previa a la publicación de esta paella
La Audiencia Nacional ha decidido que De Juana siga pringando a tutiplén, sin remisión alguna. Bien, ahí está el análisis ya hecho y ahora a ver qué pasa. ¿Será capaz de morir por la causa? Si es así, atémonos los machos. Si no se deja morir, los presos etarras deberán, como a la puerta del infierno de Dante, abandonar toda esperanza que no pase por el desarme incondicional de ETA. A no ser que Zapatero sea… bueno, en fin.
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Otro que bien baila: el presidente norteamericano. Y de él podía esperarse -su cociente intelectual no parece andar muy lejos del de Zap I El Anodino– pero esa gente se supone que funciona con consejeros que sí saben manera. No yo: todas las personas que conozco estaban igualmente seguras de que la invasión de Irak sería tan victoriosa (entendiendo por tal el hecho de que efectivamente, invadieron, ocuparon y se cargaron al régimen enemigo) como insostenible la ocupación. ¿No aprendieron nada de Vietnam? ¿No aprendieron nada de Corea, donde también recibieron unos buenos puntapiés?

Su propia potencia militar, enorme, ha creado un nuevo concepto, la guerra asimétrica, que no es sino una sistematización doctrinal de una situación que viene de los tiempos de Viriato: la guerrilla como método de defensa del débil frente al militarmente fuerte eludiendo el enfrentamiento en campo abierto y aprovechando el conocimiento del terreno y el hecho de ser el propio: adaptación a la climatología, apoyo de la población civil, etc.

La doctrina convencional establece que la guerrilla (así llamada cuando es fuerza propia o aliada) o el terrorismo (así denominado cuando es el enemigo) no pueden vencer por sí solos a un ejército convencional potente: para la victoria final precisa o bien del auxilio de otro ejército convencional (que puede consistir icluso en una evolución de la propia guerrila cuando la guerra se prolonga muchos años) o bien de otros factores políticos, como la desmoralización del enemigo, general y fundamentalmente de su retaguardia. Y hasta el más analfabeto y desharrapado de los insurgentes africanos sabe que la muelle y hedonista sociedad americana no soporta fácilmente un conflicto sostenido, sobre todo si no lo comprende; y los norteamericanos comprenden poco o nada lo que sucede allende sus fronteras; muchas veces, apenas de sus fronteras estatales o incluso locales. Está en el manual: sólo hay que aguantar mecha y esos se tronchan.

Por tanto, un consejero norteamericano hubiera tenido que plantear la cuestión iraquí así: a) Nuestro ejército puede invadir con éxito; b) Nuestro ejército puede mantener una ocupación indefinidamente alcanzando objetivos tácticos parciales, pero muy difícilmente la victoria estratégica, y soportando, además, un coste en vidas humanas muy alto; c) Nuestra ciudadanía no soportará nada que no sea una victoria fulgurante y con muy pocos muertos.

¿No se lo plantearon así? ¿Cómo pudieron ser tan burros para ver las cosas de otra forma cuando sólo podía ser esa? ¿Se lo plantearon así y no hizo caso? ¿Cómo podría ser eso posible -por más atribuciones que tenga un presidente americano- en un país con dinámicas de poder tan complejas?

Ahora está como el gobierno español con De Juana Chaos: pidiéndo árnica sin que nadie se la pueda dar. La retirada sin más es imposible: lo que sucedería en Irak sería antológico; mantenerse sin la menor posibilidad de victoria estratégica es ilusorio; y sin esa posibilidad, ni los mayoritarios demócratas ni muchos republicanos están dispuestos a dar el brazo a torcer. Espabílate, macho.

Yo no sé si existe realmente alguna posibilidad de que los norteamericanos reconduzcan la situación en la vieja Mesopotamia; no creo que la haya pero, aunque estos temas me gustan y leo de cuando en cuando algo sobre ellos, estoy a años luz de ser un experto. Siendo así, acabarán marchándose: todo es cuestión de unos cuantos muertos más que aprieten a la opinión pública norteamericana para que, a su vez, presione con más fuerza (y aún queda margen para presionar muchísimo). Y a ver por la tele el desastre inconcebible que sucederá allí.

Otro brillante ejemplo de la inmensa ceguera y estupidez de los políticos incluso frente a lo que está tan claro para la gente común, de nuevo otro bucle diabólico que hay que cortar como el nudo gordiano: reset al sistema y los datos a hacer puñeta. Lo que pasa es que los datos que se van a hacer puñetas son, en este sistema millares, quizá millones, de seres humanos.

Y un mundo mucho más cerca de la catástrofe global total… y quizá final.
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Ya va el segundo caso. Ahora la prensa -de papel y audiovisual- se desgañita con el segundo caso sangrante de ocupación (sin K, en este caso) de vivienda. Después del hombre de la calle Urgell al que se le metió [parecería que] medio Chile en casa, ahora sale a la luz otro caso parecido.

Trampa.

El Achuntament, como mejor representante del sector inmobiliario residual del pelotazo ahora en fuga a mejores latitudes, pasó hace muy pocas semanas de dispensar cierta simpatía y buen rollo al movimiento okupa (con K, ahora) a considerarlo causante de todos los males de la ciudad y de los diviesos de sus habitantes, de modo que inició una campaña propugnando la mano dura hacia las okupaciones (con K) y clamando por los cambios legales necesarios para que los desahucios puedan ser prácticamente ejecutivos, o sea, inmediatos y sin demasiado juez tocando las narices. Parece esta una manía sociata, últimamente: tratar a gorrazos a los ciudadanos procurando, simultáneamente, mantener a los jueces fuera de la cuestión; si Franco levantara la cabeza, se sentiría como en casa.

Pero, claro, el problema está en que la ciudadanía somatiza muy difícilmente eso de que unos chavales okupen (con K) espacios dedicados a la contemplación especulativa sobre todo cuando -con alguna pocas pero sensibles excepciones- esos chavales acaban resultando excelentes vecinos y realizando en los lugares que okupan (con K) actividades más que interesantes.

Joder, si echamos por las bravas a los okupas (con K) la ciudadanía se nos cabrea y no es cuestión, tan cerca de las elecciones… A ver, Rudrígues, mastúrbeseme la mente e invente algo para que la ciudadanía aplauda a rabiar cuando corramos a hostias a esos incívicos que no dejan especular como Dios manda… Y el Rudrígues, asesor eficientísimo él, busca y encuentra: los ciudadanos sí podemos somatizar fácilmente el hecho de que un hijo de puta nos ocupe (sin K) por la cara y sin más nuestro honrado y modesto domicilio familiar y toda la familia se vea obligada a dormir en el rellano cual marido habido in fraganti con la secretaria. Por lo tanto, está claro: hay que alarmar al ciudadano con casos sangrantes que pueda hacer suyos. Y no hay como buscar para encontrar: aunque no son muchos, ni son de ahora, han salido a la luz un par de casos de ocupación (sin K) mafiosa de viviendas habitadas por gente normal.

Y entre la gente normal, entre las familias medias de honorables trabajadores, cunde el pánico y la necesidad de que esas situaciones espantosas (¿te imaginas? llegar a casa como cada día y que te hayan cambiado la cerradura unos hotentotes…¡y que no haya nada que hacer!) sean resueltas manu militari de forma inmediata.

Cuando la alarma se haya extendido lo suficiente (ya encontraremos un tercer y un cuarto caso), conseguiremos la modificación legal sin coste electoral y después de los comicios arrasaremos con los okupas (con K).

Oiga… ¿Y los ocupas (sin K) a causa de los cuales se modificó la normativa? ¡Que yo sigo teniendo mi casa ocupada (sin K)!

Vaya al juez y búsquese la vida. Nosotros tenemos a los munipas y a los mossos plenamente ocupados (sin K) apaleando rastas y okupas (con K) a beneficio de los de la grúa.

Sic transit gloria mundi
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Damas y caballeros, así he visto las cosas en este jueves último de enero. El próximo será 1 de febrero, víspera de La Candelaria que, entre otras cosas, marca la línea de los 15º de la declinación solar, lo que nos trae un perceptible aumento de la luz del día y el primer y temprano anuncio de que la primavera ya asoma -muy tímidamente- alguna plumita que otra. Los almendros florecen y los del clima continental siguen cagados de frío pero qué le vamos a hacer, cada cual se jode cuando le toca.

Nos veremos tal día y veremos también qué ha pasado y en quién nos habremos de ciscar. Hasta entonces, «El Incordio» sigue a todo trapo a vuestra entera disposición…